Todos sabemos que los excesos nunca son buenos y en la gastronomía es algo que está muy presente, como por ejemplo con la sal, un producto que podemos encontrar en infinidad de recetas y cuyo consumo en exceso no es bueno.
Si consumimos demasiada sal, en nuestro organismo se produce un aumento de la presión sanguínea, algo que si no cuidamos, puede acabar en problemas cardiovasculares o derrames. Por ello hay que controlar el consumo de este mineral en las comidas, procurando cumplir y consumir 6 gramos como máximo al día, que es lo que recomiendan las autoridades sanitarias.
Una de las mejores formas de reducir la sal en las comidas es revisando bien los ingredientes que lleva cada comida y comprando los productos bajos en sal en el mercado o directamente, que no contengan sal.
Si queremos que no sepa insípida la comida, siempre podemos optar por acompañarla con algunas especias, siempre hay una específica para cada plato. Entre estos sustitutivos que pueden aportar sabor se encuentran la albahaca, el perejil, jengibre, etc. Seguro que muchas comidas pueden llegar a sorprenderte con esta clase de especias.
Si eres de esas personas que suele comer todos los días fuera de casa por motivos laborales, lo mejor es que te lleves la comida preparada de casa que arriesgarte a comer en cualquier lugar donde no se pueda pedir que a la comida no le hayan echado sal.
Esto no solamente es bueno para tu organismo porque estarás controlando al máximo el consumo de este mineral sino también para tu bolsillo, lo que hará que no tengas que gastar tanto dinero en tiendas o restaurantes para comer a diario.
Si por el contrario eres de las personas que tienen la suerte de poder comer todos los días en casa, debes reducir al máximo o incluso restringir el consumo de la sal en tus elaboraciones gastronómicas.
Por ejemplo, las sopas siempre debes procurar que sean caseras y no las que vienen en sobres o tetrabriks dado que cuentan con altos índices de sal en sus preparaciones. Además el sabor no se parece al que conseguiremos haciendo una sopa completamente casera.
Otro aspecto que hay que tener muy en cuenta para llevar a rajatabla el consumo de sal es que hay que reducir drásticamente el consumo de embutidos y fiambre, los cuales pueden llegar a tener un alto índice de sodio en su producción así como las hamburguesas hechas y las pizzas entre otros alimentos preparados.
Hay alimentos que seguramente desconocemos que cuentan con altos índices de sal como por ejemplo el tomate frito, la mayonesa o la mostaza. En estos casos, lo mejor es hacer las salsas en casa y saber que son caseras y no tienen sal.
También se puede cambiar la sal de las ensaladas por un chorrito de zumo de limón, evitar el consumo de bacon, tocino, salchichas y conservas, las cuales también, aunque no todas, suelen tener bastante sal en su composición.